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Foto de Antonio Estevez |
La noticia de la campaña publicitaria sobre el aceitede oliva y los hábitos de vida saludables que publicaba el pasado viernes el
periodico ABC me parece que, una vez mas, contribuye al desconcierto de los consumidores. En esta campaña se promociona el "aceite de oliva" (aceite lampante refinado-rectificado a altísimas temperaturas y mezclado con un pequeño porcentaje de virgen).
No voy a entrar en descalificar la marca, aunque no comparto su táctica (intentar vender por encima de todo), pero que se apoye esta campaña desde el Ministerio de Sanidad, me parece totalmente inaceptable existiendo en nuestro país enorme cantidad de aceites vírgenes, cien por cien zumos de aceituna. Estos aceites vírgenes son los que contienen los productos más saludables: gran cantidad de antioxidantes y vitaminas -
polifenoles y tocoferoles-, además de ácido oleico (monoinsaturado).
Todavía mas acorde con el Ministerio de Sanidad y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición hubiera sido el apoyo incondicional
al aceite de producción ecológica, pero nunca a los lampantes.
Sin embargo, es digna de felicitar esta gran empresa que además de gastar dinero en promocionar su producto, tiene la suficiente "fuerza" para convencer al Ministerio de Sanidad de que su producto es el mejor, el más saludable, siendo mentira.
Aquí no vale lo de "
hay que vender de todo porque se producen muchos aceites lampantes", ya está demasiada explotado ese razonamiento, que tanta influencia negativa ha provocado en la actual precariedad del sector productor.
Producir aceites lampantes para rectificarlos a 300ºC no es el futuro de la olivicultura en nuestro país, ni la mejor opción para fomentar hábitos saludables.
Otra noticia de estos últimos días ha sido la
producción de aceite en China, que ha hecho mella entre los productores y ha sido debate en foros y redes sociales ¿no lo habíamos previsto?.
Puede que en pocos años China produzca más aceite que Jaén, y a unos costes
imposibles de igualar ¿ 20 30 céntimos litro?. Eso es lo que nos espera si no optamos por la calidad y por tener nuestro mercado consolidado cuando lleguen ellos. En calidad y sobre todo en responsabilidad social tardarán más años en competir, aunque todo es cuestión de tiempo, pero con los lampantes, se lo ponemos muy fácil.
Algunos intentan convencer que no hay que tener miedo a la ampliación de los países productores porque tambien se ganan consumidores y eso es cierto, pero siempre que vayamos con la máxima calidad, porque sino, la labor de promoción que en la actualidad se está haciendo en el mercado chino puede ser muy beneficiosa para ellos mismos cuando empiecen a comercializar su propio aceite.
¿ Las grandes empresas no van a importar aceite chino, de la misma forma que ahora se está importando ropa, calzado, y miles de productos? ¿Se podrá controlar esto?. La experiencia de la introducción de productos chinos en todo el mundo me hace pensar que su estrategia está mucho mejor definida que la nuestra ¿o no?.