Olivo "Lo Parot". Premio AEMO 2007 |
En los últimos meses los empresarios del sector orujero
están debatiendo su situación. Según ellos, se consume cada día menos aceite de
orujo en España. Están iniciando una interprofesional del aceite de orujo y
pidiendo apoyos administrativos.
En el sector de los aceites de oliva se
pierden muchos subproductos que podrían crear valores añadidos. El orujo ha sido siempre el único aprovechable (aunque a veces para utilizarlo en mezclas no legales).
La gestión de la biomasa del olivar tendría que generar previamente una industria de recuperación de alcoholes, azúcares y antioxidantes de gran valor en los mercados de la alimentación y la cosmética.
La gestión de la biomasa del olivar tendría que generar previamente una industria de recuperación de alcoholes, azúcares y antioxidantes de gran valor en los mercados de la alimentación y la cosmética.
La falta de refinerías para los aceites lampantes en las
zonas productoras deja perder una suma importante del dinero que reporta la
venta de los destilados de la refinación (destilación con arrastre de vapor
hasta 250-300ºC), de gran valor en la fabricación de cosméticos por su enorme riqueza
en componentes menores (hidrocarburos como el escualeno, antioxidantes, etc,
que se recogen en las distintas fases y temperaturas de refinación).
Es cierto que la extracción de aceite de orujo se complicó
con la llegada de las dos fases (mayor humedad) y mas tarde, con los problemas de los
benzopirenos (compuestos formados precisamente por la alta temperatura a que eran sometidos los orujos para
evaporar ese exceso de humedad), se perdió buena cuota de su
mercado, sobre todo el español (continúan teniendo mercado importante en terceros países). Ahora también está castigada su utilización como biomasa como todas las energías renovables.
Para el consumo siempre será mejor un aceite de orujo, que es una grasa monoinsaturada, que uno de semillas,
poliinsaturado y sometidos ambos al mismo proceso de refinación. El aceite de orujo es una gran alternativa para
aquellos bares- restaurantes económicos que fríen con “grasas para freir”, que
lo menos malo que contienen es aceite de palma, que es una grasa “saturada” (provoca
el mismo efecto que si se utilizara grasa de cerdo, por ejemplo).
Todo el valor que se sume a la cadena de producción,
comercialización y aprovechamiento de los subproductos del olivar, redundará de una forma
u otra en la supervivencia de este.... pero mucho cuidado ¡sin engaño al
consumidor!. Ya es bastante con llamarse "aceite de orujo de oliva" para que
ahora intentemos (como ha aparecido en algunos medios) cambiar los términos de su nombre y denominarlo “aceite de oliva de orujo”.
No, por favor, basta ya!!!!. De esta forma siempre estaremos encontrados en
lugar de apoyarse y defender cada cual su parcela de mercado.