sábado, 15 de diciembre de 2012

Jamón ibérico y Virgen Extra



Me he quedado sorprendida estos días, con  los debates sobre los nombres y la normativa del jamón ibérico y sucedáneos. Pensaba que esto sólo ocurría en el aceite ¡ufff!.


Las grandes empresas jamoneras, igual que las aceiteras, no permiten que se aclare la confusión que crean en el consumidor los distintos nombres con que se comercializan los jamones.

Los tipos de jamón van a depender de la raza del cerdo, del tipo de alimentación  y de la elaboración (secado del jamón). Significa que tendremos jamón serrano (raza blanca) y JAMON IBÉRICO (de cebo, recebo o puro de bellota), pero además, existe todo un lapsus normativo respecto a los cruzados, que en muchas ocasiones nos los están vendiendo como “cerdo ibérico” y nada tiene que ver con el aroma y sabor del ibérico puro. ¿Y el jamón de reserva?


Al igual que en el aceite, la diferencia entre las distintas calidades está en sus caracteres  sensoriales,  en la cata que también los grandes del aceite quieren eliminar para confundir aún más al consumidor,  es como legalizar como buenos los aceites defectuosos, de mal olor y mal sabor, los que proceden de aceitunas fermentadas, de suelo....


Las dos empresas jamoneras andaluzas más importantes (Jabugo y Covap) son partidarias de esclarecer las etiquetas, que reflejen lo que verdaderamente contienen, sin engaños, pero topan con los intereses de las grandes, que se bandean bien entre la confusión.  Mas de lo mismo


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Los comentarios serán visibles después de autorizar.